En la fecha de su creación
El Rotary
Club de Tolosa, desde que le fuera entregada su carta constitutiva por Rotary
International el 11 de junio de 1969, se destacó en el desarrollo de
innumerables actividades.
Los socios
fundadores fueron Ricardo Ortiz (como primer presidente) acompañado por
Carlos Angeloni, Carlos Alonzo, Carlos Angelinetti, Héctor Ainziburu; Antonio
Brischetto; Norman Barclay; Bartolomé Balaguer, Francisco Ctibor; Rafael
Cavalieri, Nevio Correa, Amadeo Cejas, Oscar Geijo; Juan García, Andrés Lundig;
Raúl Lagomarsino, Roberto Panei; Raúl Portela, Antonio Piñeiro, Pascual Sisti,
Lorenzo Speranza, Ernesto Marchioni y Carlos Fernández.
El Rotary Club de
Tolosa nació como consecuencia de que un vecino de Tolosa, Ostrowiecki (que
tenía una óptica y era socio de La Plata) se juntó con Ricardo Ortiz y Rubén
Mackaden quienes se encargaron de ir hablándoles a sus vecinos y a sus amigos
para juntar la gente. Empezaron a reunirse en el club Universitario de Gonnet,
después se reunieron en la calle 3, en el Salón de Actos de DEBA, después
siguieron las reuniones en la planta alta del Club Unión y Fuerza
En sus comienzos
convocó a diversos historiadores para que determinaran la fecha de la fundación
de Tolosa, que en ese momento estaba siendo discutida. Recordemos que Tolosa
celebraba su cumpleaños el 7 de junio y tras estudios realizados se tomó como
fecha valedera el 20 de diciembre.
También
posibilitó a lo largo de su historia, que vecinos y profesionales accedan a
diferentes tipos de becas, que ofrecía la Fundación Rotaria y el Rotary
International. De esta manera, profesionales que desarrollaron estudios de
perfeccionamiento en universidades de distintos países, como Alemania, Francia,
España, Estados Unidos e Inglaterra, algunos regresaron para aplicar los
conocimientos adquiridos mediante actividades que permitieron transferirlos
para el bienestar de la comunidad o el desarrollo científico en centros de
investigación.
Otros
participaron en becas de intercambio cultural con países como México, Francia,
España y Australia. En esos intercambios el club recibió grupos de México,
Francia, Estados Unidos, Australia, Tailandia, India, Italia, República
Dominicana y Brasil.
Junto a la Comuna
participó en la creación de la plaza con juegos “Los Carreros” en el barrio
construido cerca de la salida de la autopista a Buenos Aires. También a través
del Rotary tolosano, La Plata sumó a su patrimonio escultórico una pieza muy
particular: un reloj de sol que responde al anhelo de un socio
fundador, el ingeniero Ricardo Ortiz que cuando viajó a Beniganim, un
pueblo valenciano, quedó impactado por el “relotge ecuatorial” del lugar.
La máquina para
medir el tiempo se instaló en el distribuidor vial Pedro Benoit, dentro del
rulo que dibuja la vía que sale -en dirección de Ringuelet a La Plata- desde el
distribuidor hacia la avenida 520.
El reloj de sol,
que se usa desde tiempos inmemoriales, señala los momentos del día por medio de
la iluminación de un cuerpo expuesto a la luz solar o por la sombra que ésta
proyecta sobre una superficie.
La escultura de
un diámetro de 5 metros y una altura de 5 metros, consta de dos piezas. Una es
un cilindro de acero inoxidable con el calado de números y puntos (que marcan
las media horas) que permite el paso de la luz. La otra, con forma almendrada,
es de chapa, y constituye la base en cuya arista se proyecta la hora. Este
reloj solar, fabricado por expertos españoles que lo donaron a la Ciudad, se
inauguró el día 15 de mayo de 2010.
Hace cuatro años
atrás, la institución reveló su estado crítico: “En los últimos tiempos la
participación declinó, tanto que solamente quedan seis socios”. Finalmente
se dio la fusión con El Dique.
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