viernes, 24 de julio de 2020

José Menno, un campeón sin corona

Jose Umberto Menno nació en el barrio de Tolosa, el 5 de junio de 1936. Fue el octavo hijo de los diez que tuvieron los italianos Sabino y Antonia. Le dedicó su vida al boxeo. En Tolosa guanteó por primera vez yendo, con su formidable lomo, a entrenarse en los clubes Villa Rivera y Liga Dardo Rocha. Luego de 70 peleas como amateur llegó, en el Club Atenas, el gran momento como profesional, campo en el que realizó 80 peleas. José fue un grande pero sin títulos grandes.
Fue padre de tres hijos: José, Nicolás y Ana, a los que adoró y de quienes recibió un afecto incomparable. Dedicó gran parte de su vida a la docencia en el boxeo y a impulsar la vida de varios púgiles como, por ejemplo, Hugo Popeye Luero. Defendió a "su deporte". Aseguraba que el boxeo ha salvado a mucha gente de la calle, de los barrios precarios, para abrir un camino en la vida.
Fue un hincha fanático de Estudiantes. En los años sesenta estuvo cerca del plantel pincharrata que dirigía Osvaldo Zubeldía. Viajaba con los jugadores y cuentan los testigos que, cuando el equipo platense ganó su tercera Copa Libertadores en Montevideo, bajó primero del micro que llevaba a los jugadores y tuvo que abrirle el camino hacia los vestuarios a los empujones, historia que supo escribir Osvaldo Soriano en un artículo "El triunfo de los robots" en la revista Panorama.
Vivió en Francia, Italia y Alemania; llegó a pelear en el mítico Madison Square Garden de Nueva York y trabajó como entrenador en Australia, Argelia y Costa de Marfil.
Fue sparring de Carlos Monzón la noche del 7 de noviembre de 1970, cuando venció a Nino Benvenuti, en el Palacio de los Deportes de Roma y se consagró campeón mundial de los medianos. Menno, estando en el rincón, frenó la invasión de un hincha italiano al ring que tenía intención de interrumpir la cuenta de protección del árbitro y en esa acción recibió un zapatazo en la cabeza.
Fue amigo de Oscar "Ringo" Bonavena quien le anticipó la edad de su muerte, porque le dijo a Menno que moriría a los 33 años, algo que finalmente ocurrió. Faltaban treinta minutos para una pelea, Lectoure los dejó solos. Ringo se paró de la camilla de golpe, como desenfrenado y le dijo: “José, yo soy como Jesucristo, me muero a los 33, hermano”, le gritó agarrándose de su pecho. A los 33 años lo mataron de un escopetazo en EEUU.
Eran tan amigos que, un día estando en Milán, lo llamó Tito Lectoure para decirle que vaya a Colonia –Alemania- porque “Bonavena te necesita -le dijo- más que para hacer guantes para estar juntos”.
Fueron hechos tal para cual, compinches, aventureros. Menno llegó a Alemania y con Ringo alquilaron un auto y salieron a dar vueltas… hasta que los rodearon diez motos de policía, porque Oscar había girado de golpe, en forma prohibida, hacia la izquierda. Menno estuvo al lado de Bonavena en Franckfurt cuando combatió con el alemán Karl Mildenberger.
Se codeó con gigantes como Classius Clay, a quien trató en 1963, en ocasión de una sesión de práctica en el “Madison Square Garden”. Fue en un entrenamiento, Menno vió que Classius Clay (que venía de ganarle a Liston) subía al ring y le decía: “¡Caman!, ¡Caman! (¡vamos!, ¡vamos¡)”, apuntándole con sus largos brazos.
Se retiró del boxeo en el mismo lugar en que arrancó su carrera deportiva: en el club Atenas, en una gran pelea con Avenamar Peralta, ante 3.000 espectadores. Habiendo disputado, a lo largo de su trayectoria, 150 combates, José Umberto Menno falleció el 17 de Noviembre de 2014, a la edad de 78 años, en el mismo barrio que lo vio nacer.
Me tocó tratarlo, en la etapa de promotor de boxso, cuando todo se hacía a pulmón, y palpe de cerca esa vocación por generar en sus pupilos un camino de progreso. ¡Verderamente un grande!

Personajes de Tolosa

La Pandorga, un corazón tierno en una figura endurecida por la vida


Los barrios son como los pueblos y  en el inconsciente colectivo historias y anécdotas que perduras por largo tiempo. Dentro de esas historias, hay personajes que por determinadas características traspasan la barrera del anonimato y se aferran en nuestra memoria, a veces con recuerdos agradables, y otros no tanto, pero con el solo hecho de mencionar su nombre, nos remonta a un pasado que seguramente roza con la niñez, o por lo menos la juventud.

Y Tolosa no escapa a las generales de la ley  y buceando en la memoria colectiva nos encontramos con La Pandorga, una mujer morena, alta y delgada, que se la conoció como el prototipo de los cartoneros en el barrio El Churrasco.

Algunos la ubican por la zona de 116 entre 520 y 521, de donde salía al anochecer, arrastrando un changuito y caminando rapidito, a veces sola y otras acompañada por su hija, en busca de su sustento.

Dicen que se llamaba Luara y que “no era mala”, ya que cuando se acercaban los vecinos para ofrecerle ayuda, hablaba con ellos amablemente. Pero claro, su tez morena y su estampa le daban una fisonomía de mujer mala y eso generaba que su sola presencia hacía temer a los más chicos, que abandonaban sus actividades, por más entretenidos que estuvieran, para ir a esconderse, hasta que La Pandorga pasara. Pero casi nunca reaccionaba mal, salvo que la molestaran o le dijeran Pandorga.

De acuerdo a algunos comentarios, sabemos que sus descendientes todavía están en el barrio El Churrasco, que acaba de cumplir 154 años. Dicen que también se la vió integrando una comparsa barrial en los carnavales tolosanos, es que llevaba el ritmo en su sangre uruguaya, y no podía faltar.

Una vecina del barrio nos contó que su hija Raquel le dio dos nietos, María y Pedrito y que este último sabía decir que su abuela había llegado de un lugar de Africa, en un barco, y como polizón. También comentó que en un principio era una mujer asustadiza, pero luego se fue relacionando con el vecindario, al punto de participar en los festejos del carnaval.

Nos quedó pendiente el por qué de “La Pandorga” y buscando en el diccionario aparecen definiciones como “Figurón o muñeco giratorio al que, en juegos caballerescos antiguos, los corredores golpeaban con la lanza, devolviendo éste el golpe si los jugadores no pasaban con la suficiente rapidez. También se le dice Pandorga a los barriletes o a las mujeres muy gordas, de pesado movimiento y perezosas”.

Pero recorriendo el anecdotario de personajes tolosanos nos encontramos con otros también recrdados como Titino, La Cata y Peloduro, que se había abandonado a la bebida por todos los tropiezas que se le presentaron en la vida.


martes, 21 de julio de 2020

Memorias en el Tiempo

Néstor López rescató una medalla

recordatoria de la colocación de la

piedra fundamental de la Parroquia

Nuestra Señora del Carmen
En estos días que se recuerda la fecha fundacional del templo y su consagración, parece oportuno reeditar esta nota publicada en Revista Tiempo en el año 2008.

Néstor López, además de sus habilidades para el servicio técnico de aparatos electrónicos, tiene como hobbie la colección de armas antiguas de todo tipo. Algunas de ellas son originales y otras, debido a que su costo es elevado o son piezas de colección de museos, son réplicas que el mismo fabrica con sus propias manos en ratos de ocio, siguiendo catálogos internacionales.
En su comercio de la calle 521, en medio de controles remotos, cuelga un sable corvo, réplica exacta de la pieza que perteneció al General San Martín, y que es una de sus últimas reproducciones. Pero curioso e investigador de todos los detalles, se encontró entre elementos familiares, con una especie de moneda cuyas caras estaban cubiertas de herrumbre y mostraba, que no en vano el tiempo había pasado para esta pieza metálica.
Primero no le dio importancia y siguió puliendo el sable sanmartiniano, pero a los pocos días, la curiosidad pudo más y torno en mano, procedió a limpiar ambas caras de la pieza.
Grande fue la sorpresa cuando primero apareció la figura de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y en el anverso la leyenda de la fecha de la colocación de la piedra fundamental del templo, bendecida por Monseñor Juan Terrero, el 24 de mayo de 1903..
Buscando datos sobre la pieza, se enteró que la misma había sido acuñada en tres metales, las de oro para el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el Intendente y la máxima autoridad eclesiástica, de plata para los invitados especiales y de bronce para los personajes destacados de la comunidad. No se sabe el número de piezas acuñadas, pero la que está en poder de Néstor López es de bronce.
Dice la historia que el templo fue levantado en un terreno donado por las señoras Francisca O de Ocampo y Antonia Iraola de Pereyra.


viernes, 17 de julio de 2020

Mercedes Torres en el recuerdo


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Al cumplirse, el próximo 18 de julio, el cuarto aniversario del fallecimiento de la talentosa Mercedes Torres, su hija María del Rosario Fiore, ha decidido recordar su extensa trayectoria como bailarina y docente de danzas, a través de internet, publicando a una manera de homenaje, mucho del material periodístico y fotográfico que había recopilado a lo largo de su carrera, y que pudo rescatar tras la inundación sufrida por los platenses el 2 de abril de 2013.
En este período de cuarentena, tan propenso para ordenar, archivar dar forma a nuevas ideas, nació el Facebook “Mercedes Torres Ballet”, que tiene su primera publicación en los primeros días del mes de mayo y que muestra una foto de la bailarina, fundadora del Cuerpo de Ballet del Teatro Argentino de La Plata y Creadora del Ballet sobre Patines del Círculo Cultural Tolosano, en su juventud sobre un recorte que describe su trayectoria..
Un video sobre la creación del Ballet de Tolosano en febrero de 1976 o el encuentro en 1979 con el Alcalde Iñaki Linazasoro de Tolosa, España, son algunas de las publicaciones que reviven la trayectoria de esta gran tolosana, que tuve el gusto de entrevistar, primero para el diario El Día y luego para Revista Tiempo. Siempre muy cordial, amable, pero extremadamente minuciosa en sus apreciaciones. Generosa en prestar documentación, pero a su vez minuciosa en cada detalle, no admitiendo dudas.
Mercedes Torres vivió intensamente, disfrutando de su pasión, y encendiendo la llama en muchos jóvenes tolosanos que luego transitaron por el mundo de la danza. Hija de inmigrantes españoles, Mercedes nació en el año 1930 en una humilde casa de 32 entre 2 y 3. Ya desde pequeña soñaba con ser bailarina. "Tenía sólo cuatro años cuando con 3 o 4 plumas de tutú, en el galpón de la casa de papá, giraba y giraba hasta caerme, jugaba a ser bailarina", comentó alguna vez Mercedes, que dada su insistencia, a los once años logró que su madre la llevara a aprender danzas españolas y clásicas al Conservatorio Chopín.
En 1946, con dieciséis años, ingresó por concurso al Teatro Argentino para formar el grupo de danzas para las óperas. Y un año más tarde, logró fundar junto con un grupo de bailarinas, el primer Cuerpo de Baile Estable del mencionado centro cultural. Ese año realizó cursos de perfeccionamiento bajo la dirección de Esmeé Bulnes, maestra inglesa y alumna del gran maestro italiano Enrico Cecheti. También realizó sus estudios coreográficos con Michel Borowsky de nacionalidad polaca y Francisco Gago, ambos en el teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires. También aprendió de Aurel Millos, coreógrafo internacional de nacionalidad húngara.
Es fundadora del Primer Cuerpo de Baile Estable del teatro Argentino de La Plata. También fue solista de dicho cuerpo. Se desempeñó como coreógrafa de la Comedia de la Provincia y a partir de 1950, dirigió su propia escuela de Ballet.
En 1987 comienza con una nueva etapa de su vida, ya que varias de sus alumnas ganan el concurso para ingresar al Instituto Superior de Arte del teatro Colón. Durante 1990, la Subsecretaría de Cultura de la Provincia le otorga el auspicio para realizar una serie de clases didácticas sobre danzas clásicas en escuelas de la ciudad de La Plata y el interior. Dos años después, creó el Ballet Estudio integrado por talentosos jóvenes.
Durante 1995 presentó la coreografía en la disciplina Clásico español individual en las II Olimpíadas Platenses, recibiendo la medalla de oro. Preparó y presentó a Mariana García y Alcora Ocampo en los concursos internacionales de los cuales fueron finalistas y ganadoras de las becas por dos años en Bordeaux, Francia. Invitó entre los años 1994 y 1998 al coreógrafo Claudio Longo, para realizar una serie de coreografías y clases coreográficas para su escuela.
Realizó  en el año 1997 la dirección artística de un espectáculo en el Coliseo Podestá de La Plata, junto a bailarines del cuerpo de baile del teatro Argentino.
Recibió el reconocimiento y homenaje como fundadora del Primer Cuerpo de Baile del teatro Argentino en octubre de 1997, por parte de la dirección del citado teatro, al conmemorarse el 50 aniversario de su fundación.
De su cantera surgieron numerosos bailarines que se distinguieron, siendo la principal Mariana García que fue solista del Ballet Weisbaden de Alemania.
Siempre sintió la danza con una marcada pasión y así lo dejó en claro en cada reportaje. Fue una figura emblemática de la cultura tolosana, y sin dudas su nombre guarde un sentimiento especial para quienes aprendieron los primeros pasos con las zapatillas de puntas. 
El mejor de los recuerdos para una grande: Mercedes Torres.

lunes, 13 de julio de 2020

Una policía con formación tolosana

Durante 15 años, la Escuela de Cadetes Juan Vucetich funcionó en los talleres ferroviarios

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La Escuela de Policía Juan Vucetich fue creada el 27 de junio de 1941, cuando contaba con un total de 60 cadetes, pero las clases empezaron el 16 de agosto de ese mismo año, por lo que el mes que viene se celebrarán los 79 años de la misma, 15 de los cuales transcurrieron en Tolosa.

En 1944, se trasladó a los Talleres Ferroviarios de la estación Tolosa puesto que ya se había incrementado el número a 150 alumnos. Esto obligó a remodelar las estructuras edilicias, paa adaptarlas a sus nuevas funciones.

Fue precisamente en su paso por Tolosa cuando el 17 de diciembre de 1947,  el entonces Jefe de Policía la bautizó con el nombre de Juan Vucetich al establecimiento brindando en un justo homenaje a quien había creado el sistema dactiloscópico argentino.

La formación de los efectivos policiales en la provincia tuvo sus vaivenes políticos, con varias aperturas y cierres. Bajo la dirección de Efraín Márquez la Escuela de Aspirantes de Policía se reabrió en la calle 1 en el año 1927, pero es clausurada en 1930, con el cambio de autoridades de la Policía de la provincia. El objetivo en esta circunstancia era preparar a “civiles” para su ingreso a la institución. Igual destino tuvieron los intentos de 1934, 1937 y 1941.

Recién en 1944 se reanudan los cursos en el mismo establecimiento que se había utilizado en la iniciativa anterior, ubicado en calle 1 entre 42 y 43 de la ciudad de La Plata. Pero ahora bajo la denominación de Escuela de Cadetes. Al parecer se trataba de una construcción precaria, y que no permitía albergar a la creciente inscripción de aspirantes, por lo que se trasladó a calle 1 y 528, en los terrenos de la estación ferroviaria de Tolosa.

Esta sería la institución que mantendría su continuidad hasta ahora, aunque con diferentes modificaciones de organización y emplazamiento.

En 1949, aún bajo la jefatura de Marsillach, se creó la Escuela Superior que recreaba aquella idea inicial de reentrenar al personal que formaba parte de la policía (específicamente a los oficiales).

Fueron 15 años que la Escuela de Policía estuvo en Tolosa, hasta que en 1959 se decidió el traslado a los terrenos de la ex estancia San Juan de Pereyra Iraola.

Esa tarea de refacción de las edificaciones y construcción de caminos fue llevada adelante por el cuerpo de cadetes internos en la escuela. 

En tanto, el 10 de marzo de 1958 quedó establecida la Escuela de Suboficiales y Tropa Coronel Julio Dantas. En principio tuvo asiento en 1 y 59, luego pasó a ocupar el inmueble de Tolosa donde había estado la Escuela Vucetich para, finalmente, recalar en el predio de Pereyra.


Sólo pura coincidencia

Muchas veces uno lee los libros por primera vez y los detalles se pasan por alto, o la voracidad por llegar hasta el final, hace que algunas cosas se escapen. Ahora, en cuarentena y con los años, todo es mas lento. Estaba repasando el libro Tolosa, Voces y Memorias de Villa Rivera, que escribió María Cecilia Urrutia para ediciones Al Margen, e impreso en el 2011.
Allí noté que la famosa Emma de la Barra había adoptado el apellido de su marido Juan de la Barra, pero su verdadero nombre era Emma Fernández (cualquier asociación Tolosa-Fernández, corre por cuenta del lector). Pero mejor, vayamos a lo que dice la publicación, que fue resumido, para simplificar la lectura, pero sin obviar lo verdaderamente interesante, ni alterar el sentido de lo publicado.
"Hacia fines del siglo XIX, Emma de la Barra, casada con Juan de la Barra, obtuvo gracias a los contactos de su marido, un crédito en el banco Hipotecario Nacional para la construcción de un complejo habitacional, en un terreno que compraron al gobierno, entre las calles 3 y 4 y de 22 a 24 (hoy 522 y 524).

Hoy sabemos que el crédito al banco Hipotecario Nacional nunca se pagó y además que persiguió un fin especulativo, ya que se pretendía alquilar las piezas a los obreros que trabajaban en el ferrocarril, hombres que generalmente llegaban solos.

Luego de trasladados los talleres a Liniers y decayera la fuente de trabajo, algunas viviendas fueron rematadas por el mismo Banco, a muy bajo costo, y otras fueron ocupadas por familias enteras que no tenían donde vivir o linyeras y vagabundos.

Con respecto a Emma de la Barra, pero cuyo nombre verdadero era Emma Fernández, después de fallecido su marido, se casó con el periodista Julio Llanos y se dedicó de lleno a la tarea de escritora.


La primer huelga ferroviaria se inició en Tolosa

Desde agosto a noviembre de 1896, hace 124 años atrás, Tolosa estuvo en la mira nacional, al desatarse en los talleres ferroviarios, la primera huelga que rápidamente corrió como reguero de pólvora y se propagó en otros talleres del rubro y aun más, también alcanzó a otras actividades industriales. El 8 de agosto fue el recordado día del inicio del conflicto, que se materializó 48 horas después.

El foco desatado en Tolosa, que luego sería conocido como “Huelga grande”, plantea distintas reivindicaciones de los trabajadores, que si bien no estaban sindicalizados, pugnaban por hacer valer sus derechos.

Los principales reclamos de los obreros ferroviarios de Tolosa consistían en la reducción de la jornada laboral a 8 horas de trabajo con el mismo salario que recibían al trabajar 10 horas, la eliminación del trabajo por pieza, la suspensión del trabajo los días domingos, y el pago doble por horas extraordinarias.

Esta huelga general de los trabajadores del riel lleva a una fuerte pulseada con las empresas de capitales extranjeros, que tenían al ferrocarril como uno de los ejes claves de la maquinaria agroexportadora que reinaba en el país, y que contaban con el respaldo del gobierno nacional.

A mediados de la década de 1890, la inmigración había alcanzado en Argentina uno de los puntos más altos de la historia, pero, privados del acceso a la tierra, la mayoría de los recién llegados debía resignarse a un empleo en el abigarrado conjunto de talleres y fábricas de distinta envergadura, dedicados fundamentalmente a la producción y reparación de bienes de consumo o la provisión de diversos servicios requeridos por la población, constantemente en aumento.

Las experiencias de los trabajadores fueron de lo más variadas; no obstante, existían fluidos vínculos entre los distintos grupos, en general potenciados por la represión a la que eran sometidos por los gobiernos oligárquicos, o por la inestabilidad laboral de la época.

En el marco de una industrialización elemental, sumada a esa expansión demográfica estimulada por la inmigración; la situación de la explotación y marginación era un caldo de cultivo para el desarrollo de una experiencia y una acción colectiva de los trabajadores. Se sumaban a esto algunas de las ideas que muchos de ellos traían consigo desde el Viejo Continente, (fundamentalmente anarquistas y socialistas), que formaba un marco de pensamiento a través del cual canalizar su descontento. Finalmente, la experiencia compartida se afianzaría en un proceso de agitación huelguista que, desde 1878, no dejaría de crecer. Alcanzaría un récord histórico en 1896, con esta primera huelga general.

El desencadenante del conflicto tuvo lugar el día 8 de agosto, cuando una comisión obrera de los talleres de Tolosa presentó ante la gerencia del Ferrocarril del Oeste sus demandas. Los delegados que se presentaron a la patronal, Mansera, Herrero y Echevarria, eran los principales dirigentes de la “Sociedad de Mejoramiento de los Obreros de Tolosa”, donde se reunían los activistas de los talleres de esa localidad, que contaba con su propio local ubicado en la calle 1 entre 35 y 36 y estaba muy relacionada con el Partido Socialista.

La patronal rechazó las demandas realizadas por los trabajadores, y como consecuencia de este rechazo, el día 9 los obreros se reunieron en asamblea en su local, y decidieron declararse en huelga a partir del día siguiente.

El 10 de agosto, 740 obreros abandonaron sus lugares de trabajo y como un camino a obtener sus reivindicaciones invitaron a unirse a la protesta a los trabajadores de los talleres del Barrio Barracas, los talleres de Caballito y los existentes en Rosario, Al poco tiempo, la medida se fortalece y se expande a los talleres de los Ferrocarriles Sur, Oeste, Buenos Aires, Ensenada, Rosario, Córdoba, etc.

El avance de la huelga comenzó a fortalecer la unión entre los trabajadores, que formaron un ComitéMixto. El 22 de agosto un importante despliegue policial no amedrenta a los huelguistas, que se encuentran cada vez más fortalecidos por la extensión de la protesta a lo ancho y largo del país.

Para el 5 de septiembre, los huelguistas siguen firmes en sus demandas, más allá de que el gremio de maquinistas y foguistas, que se había lanzado al paro, levantó la medida por haber conseguido sus objetivos: reducción de la jornada, pago mayor por horas extras y aumento de salarios.

Los patrones apostaban con esta división a doblegar a los obreros de paro. Mientras tanto, se producían sabotajes en distintos puntos de la red ferroviaria.

Ante la intransigencia obrera, la gerencia comienza una campaña de contratación de rompehuelgas. Forzosamente serán extranjeros, ya que es difícil conseguirlos en el país por la adhesión que logra la medida y también por los disturbios que se provocan en Junín y Campana.

Los ferroviarios no eran los únicos trabajadores en conflicto en la región, ya que por distintas reivindicaciones otros gremios efectuaban protestas aunque no de tanta magnitud: telefónicos, barrenderos, dependientes de almacén y empleados del correo. La represión estuvo presente en toda la huelga.

A principios de octubre la policía irrumpe en una reunión de obreros del ferrocarril en Tolosa, deteniendo a varios y buscando provocar, al parecer, respuestas violentas por parte de los huelguistas. Recién el 19 de octubre se produce el primer hecho violento registrado en la zona, cuando algunos obreros deciden volver a los talleres:

Los huelguistas tenían recursos para aguantar dos meses sin trabajar, y el tiempo fue minando sus bases. Hacia mediados de setiembre, varios gremios se retiraron de la huelga y además el gobierno reprimió a los huelguistas.

La huelga se sostuvo en Tolosa hasta el 10 de noviembre, fecha en que es levantada, pese a no conseguir ninguno de los reclamos planteados inicialmente. Cuatrocientos cincuenta trabajadores volvieron a desarrollar sus tareas, pero quedaron afuera, los que la empresa consideró como iniciadores del conflicto. Estos quedaron marcados para cualquier actividad en relación de dependencia.

El cierre de los talleres en el año 1905 y su traslado a Liniers pudo estar emparentado con este hecho, pero quizás también deba sumarse el hecho del escaso desarrollo del Puerto de La Plata frente al volumen de carga operado desde la terminal bonaerense.


Galletitas made in Tolosa

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Desde el corazón de Tolosa, las galletitas Dora o Té partían para engalanar las mesas de una amplia región. El Molino La Julia, de cuya existencia solo existe un reflejo en uno de los cuatro ángulos de la Plaza Iraola, fue uno de los emprendimientos comerciales más importantes de la región, en la época fundacional de la ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires.

Un incendio desatado en sus instalaciones en el año 1919 truncó su florecimiento, que había congregado a gran cantidad de trabajadores, que encontraron en el Barrio de las Mil Casas y alrededores, su lugar de residencia, cerca de la fuente laboral.

Fue fundado el 6 de octubre de 1886 por los señores Pedro Nocetti, José Benito y Juan Rivera. Su alta chimenea tenia en uno de sus costados, con grandes números, la fecha de creación. La fabrica ocupaba, en todo su perímetro, la manzana que cierra las calles 4. 5. 526 y 527.

El Molino La Julia fue uno de los referentes de la historia tolosana. El aumento inusitado de la población, coincidente con el torbellino de trabajo y el crecimiento vertiginoso de la nueva Capital, que a su vera se venía levantando día a día, prodigiosamente, como si fuera por obra de milagro, determino en la zona un extraordinario movimiento comercial, y la simultánea o sucesiva instalación de nuevas casas de comercio de índole diversa, tales como: talleres, fabricas, hornos de ladrillos, corralones, tiendas, almacenes de ramos generales.

La empresa era pujante y reconocida hasta que en 1919 un incendio termina con el molino, luego va a remate, y lo compra Campodónico, pero solo lo tuvo un tiempo y en 1941 va a subasta pública, y lo rematan todo en lotes. Nos cuentan que una vía unia a la planta con la estación Tolosa, por donde circulaba una zorra, para llevar el producto elaborado y transportarlo hasta su destino en tren.

Ding Dong, son las cosas del amor


El nombre de Zulema Carola Leyton tal vez no diga mucho a los tolosanos. Tal vez muchos no la hayan conocido y no solo, no tengan conocimiento de que haya nacido en la Cuna de la ciudad de La Plata, sinó que tampoco tengan idea de quien se trata.
El 25 de agosto se van a cumplir cinco años del fallecimiento de esta mujer, que fue destinataria de los versos de la canción “Ding Dong son las cosas del amor”, escrita por el mendocino Fuad Jorge Jury Olivera, que era ni más ni menos que Leonardo Favio.
Favio se había casado con la actriz María Vaner en 1967, pero luego se separó en 1973, para formar pareja con Carola, en el año 1976. Fue el gran amor del cineasta, que falleció el 5 de noviembre de 2012.
 “Ella es frágil, tierna y dulce,
mira que encontrarla yo.
Voy pensando y me sonrío,
para mi que existe Dios”
Con estos versos de “Ding Dong, son las cosas del amor”, el gran Leonardo Favio rendía homenaje y pleitesía a su hermosa Zulema Carola Leyton, su segunda esposa y musa inspiradora del gran cineasta, actor y cantante.
Leyton estuvo junto a Favio gran parte de su vida: de hecho convivieron 26 años antes de pasar por el altar para dar el “si, quiero”. Oriunda de Tolosa, más precisamente de la zona de 4 entre 523 y 524. Cuando Favio la venía a visitar, el barrio se alteraba y el era amable con los vecinos. Carola y Leonardo se conocieron en el Jockey Club de Florida, se enamoraron y tuvieron dos hijos, María Salomé y Nicolás Favio.

Los 84 años de la Mariano Moreno

La Biblioteca Mariano Moreno del Círculo Cultural Tolosano cumplió 84 años. Envuelta en el aletargamiento que obliga esta pandemia, la institución vió frenada a poco de comenzar con la actividad fuerte del año, toda la actividad social y cultural, y está a la espera del momento en que desde las altas esferas se decida la venia para el desarrollo de la actividad normal, protocolos mediantes.

En la institución de calle 1 entre 528 bis y 529 para este año se habían programado más de 15 cursos y la continuidad de los Jueves Culturales organizados por la Comisión Permanente del Tradicionalismo.

En febrero comenzó a funcionar un grupo de scouts; y se proyectaron los encuentros literarios con la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires y la Sociedad Hispanoamericana de Escritores. Se venía siendo sede de reuniones organizadas por un grupo de la tercera edad; se desarrollaba un taller de memoria y estimulación cognitiva.Una de las cosas esperadas por los niños tolosanos es la "semana el niño" que se realiza en las vacaciones de invierno y contempla la proyección de películas, funciones de magos y títeres, que por razones obvian n se llevarán  a cabo.

Para el casi de que después del 17 del corriente se flexibilice la actividad en general, la biblioteca comenzaría a atender desde la puerta, para poder cumplir con los lectores. En ese marco, el mes pasado, con un subsidio de la Conabip se compraron libros en diferentes editoriales, con el cual se incrementó la oferta. Pero otra de las preocupaciones de la institución, es reactivar el movimiento, a los efectos de empezar a recaudar el dinero necesario para mantener a flote la biblioteca, con la cuota societaria y el bono contribución de $100 que ayudaba muchísimo para pagar los servicios de luz, gas, teléfono y avanzar con la construcción del SUM.

La historia de la Biblioteca, que nació como una Universidad Popularel 11 de Julio de 1936, es conocida por todos los tolosanos que peinan canas, pero hay que destacar la última gestión en dionde en ase a esfuerzo y sacrificio la entidad ha ido levantándose y progresando, en un contexto de país con condiciones no muy favorables. Hay que remarcar la recuperación edilicia del edificio de 1 entre 528 bis y 529; el rearmado y reaprovisionamiento de la bibliografía y las nuevas actividades de los más diversos géneros, que la ´proyectaron a este presente consolidado.

Cuatro meses guardados


Miro por la ventana y solo veo nubes. Algunas grises, otras más oscuras, el cielo es como un inmenso mar que se presenta todo igual hasta el horizonte. Desde aquí arriba me siento como un marinero de la expedición de Cristobal Colón esperando que aparezca la tan ansiada tierra, después de 120 días de navegación.
Ellos tardaron menos en cruzar el Atlántico, para descubrir las nuevas tierras, pero seguramente en esas embarcaciones endebles y sin la certeza de un mapa que los guie, seguramente habrán tenido por lo menos la misma sensación de incertidumbre que nosotros. Ellos se preguntaba, cuando aparecerá la tierra, nosotros, ¿cuándo se terninará la cuarentena?
La cosa es que mañana llegamos al número 120 de este confinamiento bajo el lema “quedate en casa”, cuatro meses completitos de prisión domiciliaria, condimentada por un bombardeo de noticias, que te aceleran el pulso, te suben la presión, te incrementan el colesterol, aumentan la azúcar en sangre, y para colmo estamos todo el día de la cama al sillón y no podemos hacer nada como para corregir la situación.
La tabla del coronavirus se actualiza momento a momento y CABA y GBA parecen Boca y River pelando palo a palo por el liderazgo. Chaco, más modesto, es una especie de Defensa y Justicia que busca acercarse a la punta. Por otro lado está la parte económica, que es un torneo aparte. La negociación de la deuda externa y el tira y afloje con los bonistas compite con el crecimiento de la pobreza. También está el deterioro de la clase media, los comerciantes que quieren abrir sus comercios y los que ya no van a poder hacerlo.
Mientras tanto, en medio de esta pandemia, en donde la cobertura de salud tiene que ser prioritaria, el IOMA rompió lanzas con la Asociación Médica Platense y se armó un gran alboroto con los médicos. El Ministro de Salud que puso el pitufo provincial y el director de IOMA, Homero Giles, que parece que lo trajo Cristina de su viaje a Cuba, dicen que los bonaerenses no se quedaron sin cobertura médica. Y en parte tienen razón, porque si vos tenés para pagar la mensualidad que te cobra IOMA y te sobran unos 1200 para pagar la consulta particular, vas a tener cobertura. Ni te cuento si necesitan análisis, radiografía o algo más complejo.
Eso si, te recomiendo que de última, pases por una santería y te compres una vela. No sé que santo le corresponde a IOMA, pero esperar el reintegro, necesita de un milagro.
Y mientras “los presos políticos” salen, nosotros seguimos guardados. Recién leía que Ginés González García está pensando una flexibilización para después del 17 de Julio, fecha en que vences la prórroga, de la prórroga, de la prórroga, de la extensión, de la extensión de la cuarentena, que arrancó el 20 de marzo y era por 14 días. Llevamos 120 y evidentemente en este país a la inflación no hay con que darle, la cuarentena aumentó el 857 por ciento.
El que parece que está haciendo la cuarentena al pie de la letra es el sol. Sale un ratito como para hacer los mandados en los comercios de cercanía y después se guarda debajo de las nubes y no le importa que nosotros lo estamos esperando como para entibie un poco el ambiente. ¡que fresquete que está haciendo! Ne se si será el invierno más frío, teniendo en cuéntala montaña de nieve que ha caído en todos los paraísos turísticos, pero sí el más aburrido.
Pero parece que los que no la tienen nada fácil son los de la AFA y en especial su presidente Chiqui Tapia. Para los que no saben, el titular de la casa de fútbol está casado Paola,  la hija de Hugo Moyano y tiene como cuñado nada más y nada menos que a Pablito, el sanguinario. Resulta que en la Conmebol, entidad que maneja el fútbol sudamericano votaron el reinicio de la competencia para el 15 de setiembre, y aquí los equipos ni siquiera están entrenando cuando en otros países ya empezó la competencia.
Las malas lenguas dicen que la AFA todavía no hizo los protocolos para volver a la actividad, porque el presidente todavía está tratando de explicarle a la mujer las noticias que largó Lanata de los viajecitos en aviones privados que habría hecho el Chiqui el año pasado a Europa y América.
El problema no es la guita que se gastó, porque en definitiva en un mundo de clubes endeudados y una AFA rica, serán los dirigentes, que si no tienen cola de paja, se lo demandarán. El problema es que el conductor de PPT dijo que en las delegaciones se incluyó a un par de “modelos”. ¡que generoso, el Chiqui. Les ahorró el pasaje a las chicas!
Tratando de arreglar el problema, no vaya a ser que un camión lo pase por arriba, se durmió en los laureles. La quiso arreglar en la votación de la Conmebol pero perdió 8 a 1. ¡Anda derecho!