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Hace unos años
atrás, para ser más exactos hace 8, lo conocimos en su departamento de la calle
521, al lado de un taller mecánico. Fue en oportunidad de una distinción que
habia recibido en la localidad de Wanda (misiones) por su labor artística y en
el transcurso de la nota, descubrimos que además de destacarse en el rubro de
las artes, destilaba una enorme bonomía, sencillez y amabilidad, que trascendía
de su decir, que a pesar de los años,
conservaba una leve tonada norteña.
En esta
cuarentena, y más precisamente el 7 de agosto, día de la celebración de San
Cayetano, nos llegó la noticia del fallecimiento del poeta José Hipólito
Naranjo, un virtuoso de la prosa y la poesía nacido en la localidad tucumana de
Simoca.
La partida “en
gira” de José, entristece a su familia compuesta por su hija Gabriela Naranjo Vda.
de Elola, su nieto Joaquín Elola, su hermano Jordán Naranjo, su cuñado Jorge
Deluca, sus sobrinos Silvina, Jani Deluca, Adriana, Marcela, Valeria, René
Naranjo, Walter, Antonio, Sergio, Atilio y Marcelo Jiménez Naranjo.
Los poemas, canciones
y un millón de anécdotas de una vida más que vivida, representan el legado de
este artista, que encontró en Tolosa a un lugar en donde aquerenciarse, pese a
que no descuidaba a su tierra natal.
José
Naranjo nació en Simoca, provincia de Tucumán. Compositor,
intérprete y poeta renombrado y reconocido, autor de canciones y poesías dentro
del país y el exterior.
Radicado en La
Plata desde el año 1943, su ciudad adoptiva, es donde su trayectoria artística
tiene sus raíces. Es en esta ciudad desde donde José Naranjo se proyecta con
sus poesía, canciones, recitales, destacadas manifestaciones de su decir
poético y musical, hacia todo el país y el exterior.
Sus canciones han
sido elegidas por destacados músicos, editoriales y grabadoras como Julio
Korn y Fermata Internacional, RCA Víctor, Odeón
Internacional, CBS Columbia que han grabado y editado distintas
versiones de sus temas musicales, muchos de ellos llevados al mercado Latino
Internacional.
En su decir
poético lleva publicado por editoriales como Plus ultra “ Poemas para tu
silencio”, encontrando en el público una aceptación demostrada a partir de la
publicación de su quinta edición, en 1999 también publicó “ Poemas para
encontrarnos en el tiempo” por Editorial Ramos Americana.
Actuó en Radios y
Emisoras televisivas de Capital Federal y gran parte del interior del país,
como así también en medios de comunicación de Uruguay, Bolivia, Chile y Cuba.
En Octubre de
2009, fue declarada de interés Cultural por el Honorable Senado
de la Provincia de Buenos Aires, la obra y la trayectoria del reconocido y
renombrado poeta, intérprete y compositor argentino José Naranjo,
destacando la importancia de la difusión de su obra.
Fue
declarado Hijo Ilustre de Simoca, su ciudad natal y lleva su nombre el
Salón de Actos de la Escuela Josefa Díaz, de esa misma ciudad.
Actuó como
artista invitado en Uruguay, intendencia de la Municipalidad de Rocha en la
Noche de los Notables en 1995 y distinguido con una Placa de Honor en
reconocimiento a su trayectoria artística por el diario “ El Atlántico” de
Uruguay.
Fue invitado
al Encuentro Internacional de Poesía en Santiago de Cuba en el año
2000, donde presentó su obra poética y canciones de su autoría logrando el
intercambio cultural y artístico con países
de Sudamérica y Europa.
Entre las obras
grabadas y editadas en Argentina y el exterior podemos mencionar:
* No Mataras,
Balada grabada por La Lupe en EE UU, para América Latina; en Argentina por Dany
Martin y en Chile por Néstor Dileo.
* La Cárcel del
Amor, Bolero, grabada por Bebo Veracruz en México; René Careaga en Bolivia y
Danielo en Argentina, por Viviana Careaga traducido y grabado en Japón.
* Una Carta sin
Final, Canción grabada por King Clave en Argentina, 2 º Premio en el Festival
de Piriápolis, 1978.
* Quiero Ser Yo
el que te Ame, Canción- Serenata, grabada por Los del Suquía en Argentina.
* Zamba de mis
Manos, Zamba, por Miguel Alderete en Argentina, Premio Revelación del Festival
de Baradero 1976.
* Fiebre Maldita,
Bolero, interpretado por Rosamel Araya, Argentina, reeditado en Chile.
* Tu Cariño,
Taquiarari, interpretado por las voces del Plata, Argentina.
* El Burro de
Jacinto, Cumbia, grabada por Cuarteto Imperial en Argentina y reeditado en
Colombia.
* Amor y pecado,
Balada grabada por Graciela Pal, Argentina.
* La Pretenciosa,
Cumbia por Cuarteto Imperial, Argentina, reeditado en Colombia.
* La Usapuca no
es un Bicho, Paseaito, interpretado por Avelino y su Conjunto, Argentina.
* Que llueva …que
llueva, Paseaito, por Yuyú Da Silva, Argentina.
* La charata,
charata, por El Combo Latino, Argentina.
* La Madre del
Pescador, Cumbia, Los Tropícanos, Argentina.
* El Negrito
Bochinchero, Cumbia, interpretado por Los Sabaleros, Argentina.
* No me cuentes
tu vida, Canción, por Coimbra, Bolivia.
* Su Vals
Ciudad sin olvido, está dedicado a la ciudad de La Plata, donde actualmente
reside, interpretado por Los Labradores, conjunto platense y también por el
destacado intérprete Marcelo Correa.
* El Pas de
deux de su Ballet Incaico, “Iraya el hijo del sol”, fue estrenado en el Teatro
Argentino de La Plata en el año 1965.
* Recientemente,
la Municipalidad de Colonia Wanda, Misiones, decretó denominar a una de sus
calles "José Naranjo", reconocido compositor, intérprete y poeta
radicado en La Plata desde 1943 y distinguido como ciudadano ilustre platense
en 2007 por su trayectoria en el ámbito cultural
* Recientemente,
la Municipalidad de Colonia Wanda, Misiones, decretó denominar a una de sus
calles "José Naranjo", reconocido compositor, intérprete y poeta
radicado en La Plata desde 1943 y distinguido como ciudadano ilustre platense
en 2007 por su trayectoria en el ámbito cultural.
* Esta distinción
se da en el marco de un progresivo crecimiento urbano de la localidad y la
consecuente necesidad de contar con una organización urbanística planificada
adecuadamente. En este sentido, y teniendo en cuenta que José Naranjo es el
autor de la canción que identifica a la ciudad de Wanda, su Concejo Deliberante
decidió identificar a la calle que une Las Azaleas y Juan XXIII con el nombre
de este querido poeta.
* Nacido en
Simoca, Tucumán, el 16 de agosto de 1923, el autor de canciones y poesías
editadas y publicadas en el ámbito local, nacional e internacional se radicó en
la Ciudad en 1943 y fue aquí donde echó a andar su carrera artística.
* Desde sus
comienzos y hasta la actualidad, a lo largo de sesenta años de trayectoria
ininterrumpida, actuó en destacadas emisoras radiales como Radio Provincia,
Radio Universidad, numerosas FM de La Plata y capital federal y, además, en
emisoras de Mendoza, Tucumán, Mar del Plata. Trabajó en televisión e hizo
presentaciones en Chile, Uruguay, Bolivia y Cuba.
* Si de hablar de
sus distinciones se trata, se pueden mencionar el primer premio en el Festival
de Piriápolis (1976), revelación en el Festival de Baradero (1976), primer
premio en el Festival de Mar del Plata (1974), primer premio en el Festival de
la Canción de Punta Lara ("Camino de la Costa"), Cóndor de Plata
(1995), Abeja de Oro (1998), Distinción notable de Rocha, Ciudadano Ilustre de
Simoca (1995) y La Plata (2007) y el Cóndor de Fuego (2007), entre otros.
Ricardo Dawson
Los barrios son
como los pueblos y en el inconsciente
colectivo historias y anécdotas que perduras por largo tiempo. Dentro de esas
historias, hay personajes que por determinadas características traspasan la
barrera del anonimato y se aferran en nuestra memoria, a veces con recuerdos
agradables, y otros no tanto, pero con el solo hecho de mencionar su nombre,
nos remonta a un pasado que seguramente roza con la niñez, o por lo menos la
juventud.
Y Tolosa no
escapa a las generales de la ley y
buceando en la memoria colectiva nos encontramos con La Pandorga, una mujer
morena, alta y delgada, que se la conoció como el prototipo de los cartoneros
en el barrio El Churrasco.
Algunos la ubican
por la zona de 116 entre 520 y 521, de donde salía al anochecer, arrastrando un
changuito y caminando rapidito, a veces sola y otras acompañada por su hija, en
busca de su sustento.
Dicen que se
llamaba Luara y que “no era mala”, ya que cuando se acercaban los vecinos para
ofrecerle ayuda, hablaba con ellos amablemente. Pero claro, su tez morena y su
estampa le daban una fisonomía de mujer mala y eso generaba que su sola
presencia hacía temer a los más chicos, que abandonaban sus actividades, por
más entretenidos que estuvieran, para ir a esconderse, hasta que La Pandorga pasara.
Pero casi nunca reaccionaba mal, salvo que la molestaran o le dijeran Pandorga.
De acuerdo a
algunos comentarios, sabemos que sus descendientes todavía están en el barrio
El Churrasco, que acaba de cumplir 154 años. Dicen que también se la vió integrando
una comparsa barrial en los carnavales tolosanos, es que llevaba el ritmo en su
sangre uruguaya, y no podía faltar.
Una vecina del
barrio nos contó que su hija Raquel le dio dos nietos, María y Pedrito y que
este último sabía decir que su abuela había llegado de un lugar de Africa, en
un barco, y como polizón. También comentó que en un principio era una mujer
asustadiza, pero luego se fue relacionando con el vecindario, al punto de
participar en los festejos del carnaval.
Nos quedó
pendiente el por qué de “La Pandorga” y buscando en el diccionario aparecen
definiciones como
“Figurón o muñeco giratorio al que, en juegos caballerescos antiguos, los corredores golpeaban con la lanza, devolviendo éste el golpe si los jugadores no pasaban con la suficiente rapidez.
También se le dice Pandorga a los barriletes o a las mujeres muy gordas, de
pesado movimiento y perezosas”.
Pero recorriendo
el anecdotario de personajes tolosanos nos encontramos con otros también
recrdados como Titino, La Cata y Peloduro, que se había abandonado a la bebida
por todos los tropiezas que se le presentaron en la vida.
recordatoria de la colocación de la
piedra fundamental de la Parroquia
Nuestra Señora del Carmen
En estos días que se recuerda la fecha fundacional del templo y su
consagración, parece oportuno reeditar esta nota publicada en Revista Tiempo en
el año 2008.
Néstor López, además de sus habilidades para el servicio
técnico de aparatos electrónicos, tiene como hobbie la colección de armas
antiguas de todo tipo. Algunas de ellas son originales y otras, debido a que su
costo es elevado o son piezas de colección de museos, son réplicas que el mismo
fabrica con sus propias manos en ratos de ocio, siguiendo catálogos internacionales.
En su comercio de la calle 521, en medio de
controles remotos, cuelga un sable corvo, réplica exacta de la pieza que
perteneció al General San Martín, y que es una de sus últimas reproducciones.
Pero curioso e investigador de todos los detalles, se encontró entre elementos
familiares, con una especie de moneda cuyas caras estaban cubiertas de
herrumbre y mostraba, que no en vano el tiempo había pasado para esta pieza
metálica.
Primero no le dio importancia y siguió
puliendo el sable sanmartiniano, pero a los pocos días, la curiosidad pudo más
y torno en mano, procedió a limpiar ambas caras de la pieza.
Grande fue la sorpresa cuando primero apareció
la figura de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y en el anverso la leyenda
de la fecha de la colocación de la piedra fundamental del templo, bendecida por
Monseñor Juan Terrero, el 24 de mayo de 1903..
Buscando datos sobre la pieza, se enteró que
la misma había sido acuñada en tres metales, las de oro para el Gobernador de
la Provincia de Buenos Aires, el Intendente y la máxima autoridad eclesiástica,
de plata para los invitados especiales y de bronce para los personajes
destacados de la comunidad. No se sabe el número de piezas acuñadas, pero la
que está en poder de Néstor López es de bronce.
Dice la historia que el templo fue levantado
en un terreno donado por las señoras Francisca O de Ocampo y Antonia Iraola de
Pereyra.
La Escuela de Policía
Juan Vucetich fue creada el 27 de junio de 1941, cuando contaba con un total de
60 cadetes, pero las clases empezaron el 16 de agosto de ese mismo año, por lo
que el mes que viene se celebrarán los 79 años de la misma, 15 de los cuales
transcurrieron en Tolosa.
En 1944, se trasladó a
los Talleres Ferroviarios de la estación Tolosa puesto que ya se había
incrementado el número a 150 alumnos. Esto obligó a remodelar las estructuras
edilicias, paa adaptarlas a sus nuevas funciones.
Fue precisamente en su
paso por Tolosa cuando el 17 de diciembre de 1947, el entonces Jefe de Policía la bautizó con el
nombre de Juan Vucetich al establecimiento brindando en un justo homenaje a
quien había creado el sistema dactiloscópico argentino.
La formación
de los efectivos policiales en la provincia tuvo sus vaivenes políticos, con
varias aperturas y cierres. Bajo la dirección de Efraín Márquez la Escuela de
Aspirantes de Policía se reabrió en la calle 1 en el año 1927, pero es clausurada
en 1930, con el cambio de autoridades de la Policía de la provincia. El
objetivo en esta circunstancia era preparar a “civiles” para su ingreso a la
institución. Igual destino tuvieron los intentos de 1934, 1937 y 1941.
Recién en
1944 se reanudan los cursos en el mismo establecimiento que se había utilizado
en la iniciativa anterior, ubicado en calle 1 entre 42 y 43 de la ciudad de La
Plata. Pero ahora bajo la denominación de Escuela de Cadetes. Al parecer se trataba
de una construcción precaria, y que no permitía albergar a la creciente
inscripción de aspirantes, por lo que se trasladó a calle 1 y 528, en los
terrenos de la estación ferroviaria de Tolosa.
Esta sería
la institución que mantendría su continuidad hasta ahora, aunque con diferentes
modificaciones de organización y emplazamiento.
En 1949, aún
bajo la jefatura de Marsillach, se creó la Escuela Superior que recreaba
aquella idea inicial de reentrenar al personal que formaba parte de la policía
(específicamente a los oficiales).
Fueron 15
años que la Escuela de Policía estuvo en Tolosa, hasta que en 1959 se decidió
el traslado a los terrenos de la ex estancia San Juan de Pereyra Iraola.
Esa tarea de
refacción de las edificaciones y construcción de caminos fue llevada adelante
por el cuerpo de cadetes internos en la escuela.
En
tanto, el 10 de marzo de 1958 quedó establecida la Escuela de Suboficiales y
Tropa Coronel Julio Dantas. En principio tuvo asiento en 1 y 59, luego pasó a
ocupar el inmueble de Tolosa donde había estado la Escuela Vucetich para,
finalmente, recalar en el predio de Pereyra.
Hoy sabemos que el crédito al banco Hipotecario Nacional nunca se pagó y además que persiguió un fin especulativo, ya que se pretendía alquilar las piezas a los obreros que trabajaban en el ferrocarril, hombres que generalmente llegaban solos.
Luego de trasladados los talleres a Liniers y decayera la fuente de trabajo, algunas viviendas fueron rematadas por el mismo Banco, a muy bajo costo, y otras fueron ocupadas por familias enteras que no tenían donde vivir o linyeras y vagabundos.
Con respecto a Emma de la Barra, pero cuyo nombre verdadero era Emma Fernández, después de fallecido su marido, se casó con el periodista Julio Llanos y se dedicó de lleno a la tarea de escritora.
Desde agosto a
noviembre de 1896, hace 124 años atrás, Tolosa estuvo en la mira nacional, al
desatarse en los talleres ferroviarios, la primera huelga que rápidamente
corrió como reguero de pólvora y se propagó en otros talleres del rubro y aun
más, también alcanzó a otras actividades industriales. El 8 de agosto fue el
recordado día del inicio del conflicto, que se materializó 48 horas después.
El foco desatado
en Tolosa, que luego sería conocido como “Huelga grande”, plantea distintas
reivindicaciones de los trabajadores, que si bien no estaban sindicalizados,
pugnaban por hacer valer sus derechos.
Los principales
reclamos de los obreros ferroviarios de Tolosa consistían en la reducción de la
jornada laboral a 8 horas de trabajo con el mismo salario que recibían al
trabajar 10 horas, la eliminación del trabajo por pieza, la suspensión del
trabajo los días domingos, y el pago doble por horas extraordinarias.
Esta huelga
general de los trabajadores del riel lleva a una fuerte pulseada con las
empresas de capitales extranjeros, que tenían al ferrocarril como uno de los
ejes claves de la maquinaria agroexportadora que reinaba en el país, y que
contaban con el respaldo del gobierno nacional.
A mediados de la
década de 1890, la inmigración había alcanzado en Argentina uno de los
puntos más altos de la historia, pero, privados del acceso a la tierra, la
mayoría de los recién llegados debía resignarse a un empleo en el abigarrado
conjunto de talleres y fábricas de distinta envergadura, dedicados
fundamentalmente a la producción y reparación de bienes de consumo o la
provisión de diversos servicios requeridos por la población, constantemente en
aumento.
Las experiencias
de los trabajadores fueron de lo más variadas; no obstante, existían fluidos
vínculos entre los distintos grupos, en general potenciados por la represión a
la que eran sometidos por los gobiernos oligárquicos, o por la inestabilidad
laboral de la época.
En el marco de
una industrialización elemental, sumada a esa expansión demográfica estimulada
por la inmigración; la situación de la explotación y marginación era un caldo
de cultivo para el desarrollo de una experiencia y una acción colectiva de los
trabajadores. Se sumaban a esto algunas de las ideas que muchos de ellos traían
consigo desde el Viejo Continente, (fundamentalmente anarquistas y
socialistas), que formaba un marco de pensamiento a través del cual canalizar
su descontento. Finalmente, la experiencia compartida se afianzaría en un
proceso de agitación huelguista que, desde 1878, no dejaría de crecer.
Alcanzaría un récord histórico en 1896, con esta primera huelga general.
El desencadenante
del conflicto tuvo lugar el día 8 de agosto, cuando una comisión obrera de los
talleres de Tolosa presentó ante la gerencia del Ferrocarril del Oeste sus
demandas. Los delegados que se presentaron a la patronal, Mansera, Herrero y
Echevarria, eran los principales dirigentes de la “Sociedad de Mejoramiento de
los Obreros de Tolosa”, donde se reunían los activistas de los talleres de esa
localidad, que contaba con su propio local ubicado en la calle 1 entre 35 y 36
y estaba muy relacionada con el Partido Socialista.
La patronal
rechazó las demandas realizadas por los trabajadores, y como consecuencia de
este rechazo, el día 9 los obreros se reunieron en asamblea en su local, y
decidieron declararse en huelga a partir del día siguiente.
El 10 de agosto,
740 obreros abandonaron sus lugares de trabajo y como un camino a obtener sus
reivindicaciones invitaron a unirse a la protesta a los trabajadores de los talleres
del Barrio Barracas, los talleres de Caballito y los existentes
en Rosario, Al poco tiempo, la medida se fortalece y se expande a los
talleres de los Ferrocarriles Sur, Oeste, Buenos
Aires, Ensenada, Rosario, Córdoba, etc.
El avance de la
huelga comenzó a fortalecer la unión entre los trabajadores, que formaron un
ComitéMixto. El 22 de agosto un importante despliegue policial no amedrenta a
los huelguistas, que se encuentran cada vez más fortalecidos por la extensión
de la protesta a lo ancho y largo del país.
Para el 5 de
septiembre, los huelguistas siguen firmes en sus demandas, más allá de que el
gremio de maquinistas y foguistas, que se había lanzado al paro, levantó la
medida por haber conseguido sus objetivos: reducción de la jornada, pago mayor
por horas extras y aumento de salarios.
Los patrones
apostaban con esta división a doblegar a los obreros de paro. Mientras tanto,
se producían sabotajes en distintos puntos de la red ferroviaria.
Ante la
intransigencia obrera, la gerencia comienza una campaña de contratación de
rompehuelgas. Forzosamente serán extranjeros, ya que es difícil conseguirlos en
el país por la adhesión que logra la medida y también por los disturbios que se
provocan en Junín y Campana.
Los ferroviarios
no eran los únicos trabajadores en conflicto en la región, ya que por distintas
reivindicaciones otros gremios efectuaban protestas aunque no de tanta
magnitud: telefónicos, barrenderos, dependientes de almacén y empleados del
correo. La represión estuvo presente en toda la huelga.
A principios de
octubre la policía irrumpe en una reunión de obreros del ferrocarril en Tolosa,
deteniendo a varios y buscando provocar, al parecer, respuestas violentas por
parte de los huelguistas. Recién el 19 de octubre se produce el primer hecho
violento registrado en la zona, cuando algunos obreros deciden volver a los
talleres:
Los huelguistas
tenían recursos para aguantar dos meses sin trabajar, y el tiempo fue minando
sus bases. Hacia mediados de setiembre, varios gremios se retiraron de la
huelga y además el gobierno reprimió a los huelguistas.
La huelga se
sostuvo en Tolosa hasta el 10 de noviembre, fecha en que es levantada, pese a
no conseguir ninguno de los reclamos planteados inicialmente. Cuatrocientos
cincuenta trabajadores volvieron a desarrollar sus tareas, pero quedaron
afuera, los que la empresa consideró como iniciadores del conflicto. Estos
quedaron marcados para cualquier actividad en relación de dependencia.
El cierre de los
talleres en el año 1905 y su traslado a Liniers pudo estar emparentado con este
hecho, pero quizás también deba sumarse el hecho del escaso desarrollo del
Puerto de La Plata frente al volumen de carga operado desde la terminal
bonaerense.
Desde el corazón de Tolosa, las galletitas Dora o Té partían para engalanar las mesas de una amplia región. El Molino La Julia, de cuya existencia solo existe un reflejo en uno de los cuatro ángulos de la Plaza Iraola, fue uno de los emprendimientos comerciales más importantes de la región, en la época fundacional de la ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires.
Un incendio desatado en sus instalaciones en el año 1919 truncó su florecimiento, que había congregado a gran cantidad de trabajadores, que encontraron en el Barrio de las Mil Casas y alrededores, su lugar de residencia, cerca de la fuente laboral.
Fue fundado el 6 de octubre de 1886 por los señores Pedro Nocetti, José Benito y Juan Rivera. Su alta chimenea tenia en uno de sus costados, con grandes números, la fecha de creación. La fabrica ocupaba, en todo su perímetro, la manzana que cierra las calles 4. 5. 526 y 527.
El Molino La Julia fue uno de los referentes de la historia tolosana. El aumento inusitado de la población, coincidente con el torbellino de trabajo y el crecimiento vertiginoso de la nueva Capital, que a su vera se venía levantando día a día, prodigiosamente, como si fuera por obra de milagro, determino en la zona un extraordinario movimiento comercial, y la simultánea o sucesiva instalación de nuevas casas de comercio de índole diversa, tales como: talleres, fabricas, hornos de ladrillos, corralones, tiendas, almacenes de ramos generales.
La empresa era pujante y reconocida hasta que en 1919 un incendio termina con el molino, luego va a remate, y lo compra Campodónico, pero solo lo tuvo un tiempo y en 1941 va a subasta pública, y lo rematan todo en lotes. Nos cuentan que una vía unia a la planta con la estación Tolosa, por donde circulaba una zorra, para llevar el producto elaborado y transportarlo hasta su destino en tren.