lunes, 13 de julio de 2020

Sólo pura coincidencia

Muchas veces uno lee los libros por primera vez y los detalles se pasan por alto, o la voracidad por llegar hasta el final, hace que algunas cosas se escapen. Ahora, en cuarentena y con los años, todo es mas lento. Estaba repasando el libro Tolosa, Voces y Memorias de Villa Rivera, que escribió María Cecilia Urrutia para ediciones Al Margen, e impreso en el 2011.
Allí noté que la famosa Emma de la Barra había adoptado el apellido de su marido Juan de la Barra, pero su verdadero nombre era Emma Fernández (cualquier asociación Tolosa-Fernández, corre por cuenta del lector). Pero mejor, vayamos a lo que dice la publicación, que fue resumido, para simplificar la lectura, pero sin obviar lo verdaderamente interesante, ni alterar el sentido de lo publicado.
"Hacia fines del siglo XIX, Emma de la Barra, casada con Juan de la Barra, obtuvo gracias a los contactos de su marido, un crédito en el banco Hipotecario Nacional para la construcción de un complejo habitacional, en un terreno que compraron al gobierno, entre las calles 3 y 4 y de 22 a 24 (hoy 522 y 524).

Hoy sabemos que el crédito al banco Hipotecario Nacional nunca se pagó y además que persiguió un fin especulativo, ya que se pretendía alquilar las piezas a los obreros que trabajaban en el ferrocarril, hombres que generalmente llegaban solos.

Luego de trasladados los talleres a Liniers y decayera la fuente de trabajo, algunas viviendas fueron rematadas por el mismo Banco, a muy bajo costo, y otras fueron ocupadas por familias enteras que no tenían donde vivir o linyeras y vagabundos.

Con respecto a Emma de la Barra, pero cuyo nombre verdadero era Emma Fernández, después de fallecido su marido, se casó con el periodista Julio Llanos y se dedicó de lleno a la tarea de escritora.


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